Sostenibilidad: Prioridades de Derechos Humanos

en el Sector del Transporte y la Logística

Por la Dra. Rita Delgado, Profesora de ESIC Business and Marketing School y Consultant & Partner in Spain en Löning, Human Rights & Responsible Business GmbH.

Los derechos humanos son inherentes a todas las personas. Se definen y establecen en más de 80 acuerdos internacionales y van desde los más básicos, como el derecho a la vida, hasta aquellos que enriquecen nuestra existencia, como el acceso a la alimentación, educación, trabajo, salud y libertad. Desde la adopción de la Declaración Universal de Derechos Humanos en 1948, la responsabilidad de proteger estos derechos ha recaído principalmente en los gobiernos. Sin embargo, a partir de principios de la década de 2000, quedó cada vez más claro que también podían ser violados y promovidos por el sector privado.

En 2011, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU respaldó unánimemente los Principios Rectores de las Naciones Unidas sobre Empresas y Derechos Humanos, marcando el primer acuerdo global que asigna a las empresas la responsabilidad de respetar los derechos humanos. Estos Principios enfatizan la necesidad de que los gobiernos implementen políticas efectivas para prevenir violaciones empresariales, incluso en ausencia de leyes locales, y aseguran el acceso a remedios efectivos para las víctimas. Como parte de esta responsabilidad, se exige que las empresas realicen una diligencia debida para identificar y gestionar sus impactos negativos en los derechos humanos.

Este enfoque de diligencia debida, posteriormente incorporado en las Directrices de la OCDE para Empresas Multinacionales, detalla medidas clave, como: (1) integrar la conducta empresarial responsable en las políticas y sistemas de gestión de la empresa; (2) identificar y evaluar los impactos negativos en derechos humanos en operaciones, cadenas de suministro y relaciones comerciales; (3) detener, prevenir o mitigar estos impactos; (4) hacer un seguimiento de la implementación y resultados; (5) informar sobre cómo se abordan los impactos; y (6) reparar o colaborar en la reparación del impacto cuando sea necesario. Véase la figura 1 para más detalles.

En los últimos años, ha habido un impulso significativo para que la diligencia debida en derechos humanos sea obligatoria para las empresas. Con la aprobación de docenas de leyes y regulaciones en países como Francia, Alemania, Países Bajos, Suiza, Noruega, Reino Unido, Australia, Estados Unidos, Canadá, entre otros, la diligencia debida se está convirtiendo en un requisito esencial para hacer negocios a nivel mundial. Simultáneamente, el Consejo y el Parlamento Europeo anunciaron el 14 de diciembre de 2023 un acuerdo provisional sobre la Directiva sobre diligencia debida de las empresas en sostenibilidad, que está pendiente de votación para su aprobación. Todo indica que la obligatoriedad de la diligencia debida será una realidad para las empresas españolas en un futuro cercano.

Mi experiencia trabajando con empresas alemanas ha demostrado que aquellas que anticipan las obligaciones futuras y comienzan a prepararse pueden garantizar el cumplimiento y obtener una ventaja competitiva en el sector.

La identificación de riesgos asociados a la actividad constituye el primer paso en el proceso de diligencia debida. Los resultados del análisis de riesgos desempeñan un papel central en la orientación estratégica y operativa al ayudar a las empresas a comprender su exposición al riesgo. Esto se refiere a la posible existencia de violaciones relacionadas con los derechos humanos y el medio ambiente en su área de negocio y cadena de suministro. Esta información sirve como base inicial para tomar decisiones sobre la gestión de riesgos, como la asignación de recursos y experiencia, la definición de autoridad y la determinación del grado en que la gestión de riesgos forma parte integral de su negocio principal.

 En el sector del transporte y la logística (T&L), los impactos de derechos humanos más relevantes, urgentes y probables incluyen:

  1. Emisiones de gases de efecto invernadero: El sector del T&L emite grandes cantidades de gases de efecto invernadero, lo que plantea problemas de contaminación del aire y cambio climático. Este último genera impactos más allá del medio ambiente, incluyendo escasez de alimentos, reducción de agua potable, migración masiva y posiblemente, conflictos políticos, todos con graves implicaciones para los derechos humanos.
  2. Tráfico de personas: El movimiento de mercancías y pasajeros a menudo ocurre a lo largo de las mismas redes de carreteras, marítimas y aéreas utilizadas por redes de tráfico de personas. Las empresas de T&L deben asegurarse de conocer el contexto local de trata de personas donde operan y colaborar con ONGs que aborden trabajo forzado y migración para garantizar que sus operaciones no contribuyan a estas violaciones.
  3. Trabajo forzado: Las empresas de T&L dependen de fuerzas laborales numerosas y poco calificadas, a menudo contratadas a través de empresas de reclutamiento. Existe un alto riesgo de emplear trabajadores en condiciones de trabajo forzado, especialmente en economías pobres, autocráticas o altamente informales. La contratación de proveedores de mano de obra aumenta este riesgo, y la evaluación adecuada de estas agencias es crucial para minimizar el riesgo de trabajo forzado en la cadena de suministro.
  4. Condiciones laborales: La expansión global, el progreso tecnológico y las expectativas del consumidor han llevado a las empresas a competir en flexibilidad y capacidad de respuesta. Aunque ha habido avances significativos en algunos lugares, esto ha ejercido presión a la baja en otros para reducir salarios y degradar las condiciones laborales, especialmente para los trabajadores del transporte por carretera. El sector de T&L debe garantizar que se respeten las normas internacionales sobre descansos, horas y pago de horas extras, independientemente de las normas locales o presiones competitivas.
  5. Negociación colectiva: Las presiones competitivas afectan de diversas maneras al lugar de trabajo, y esto se ha vuelto especialmente agudo en el tema de la negociación colectiva. En muchos países, los sindicatos independientes no solo son raros, sino ilegales. Esto ejerce aún más presión sobre los empleadores y sus proveedores para restringir la capacidad de los trabajadores de expresar sus preocupaciones e identificar violaciones laborales.

 

La sostenibilidad se ha convertido en un aspecto fundamental para la competitividad y la reputación corporativa en el mundo actual. Por este motivo se realiza el lanzamiento del Senior Management Program in Sustainability por parte de ESIC Valencia. Este programa responde a la creciente necesidad de las empresas de incorporar prácticas sostenibles en su gestión, tanto por razones éticas como por la creciente presión de los consumidores y regulaciones gubernamentales.

En el Senior Management Program in Sustainability se trabaja con los asistentes para entender las señales con el objetivo de definir el Liderazgo, la competitividad y la gestión Sostenible – ESG, obtener las claves para definir la estrategia y el Plan de Acción Sostenibilidad, y conocer los instrumentos, referencias y tendencias para ejecutar, monitorizar y comunicar el impacto sostenible

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