Fernando González Laxe:

 “Los puertos españoles se están convirtiendo en unos  entes un tanto pasivos”

 

Miguel Jiménez

Los próximos 20 y 21 de octubre, Gran Canaria acoge la celebración del foro Shipping Canary Islands, en el que destaca la presencia como ponente de Fernando González Laxe, expresidente de Puertos del Estado.

Con motivo de este evento de referencia, centrado en 2025 en analizar las tendencias globales del transporte marítimo y el futuro de los puertos canarios, Diario del Puerto ha aprovechado para conversar con Fernando González Laxe y conocer su visión actual de los puertos españoles.

¿Cómo definiría la situación en la que se encuentran en estos momentos los puertos españoles?
Siguen un proceso de ajuste respondiendo a la nueva reorganización del mundo marítimo internacional, que está cambiando mucho. Están cambiando las estrategias de las empresas y reivindicando nuevas rutas oceánicas; están emergiendo nuevos puertos principales y secundarios;todo está en función de un rendimiento económico a corto plazo.
Y los puertos españoles, que estaban a la vanguardia a la hora de responder a los criterios cambiantes, ahora se están convirtiendo en unos entes un tanto pasivos. Hay otros países que están avanzando más rápidamente que nosotros y ahí están los resultados de los movimientos y de los tráficos, que en otros países aumentan, mientras nosotros los tenemos muy estabilizados.
Por otro lado, hay mucha divergencia en los puertos españoles. Las 28 autoridades portuarias no siguen la misma tendencia. Los hay que se implican mucho en el ámbito internacional (Barcelona, Valencia, Algeciras o Las Palmas) y otros que se quedan en un tráfico muy cautivo, muy condicionado por las empresas que están en su entorno.
Y en cuanto al nivel institucional, lo que tenemos es una cierta paralización. Por ejemplo, Portugal está constantemente actualizando su estrategia, lo mismo está haciendo Francia o Países Bajos y nosotros yo creo que deberíamos jugar un papel mucho más activo.

¿Por qué lo de entes pasivos?
Porque la política de gobernanza en España exige una reflexión muy intensa. El actual sistema de gobernanza, que tuvo su razón de ser, hoy no es el más eficiente. No está bien deslindado el papel de la Administración central y la visión del Estado con la visión de las comunidades autónomas. Habría que introducir la visión local de ayuntamientos y cabildos, porque se benefician directamente de las economías del puerto.
Además, debería estar muy claro el tema del nombramiento de los presidentes y responsables portuarios. No puede ser que utilicemos un estamento económico y de estrategia única y exclusivamente con fines muy partidistas o políticos.

¿A su juicio se están entonces utilizando los puertos de interés general en algunas comunidades autónomas para fines locales en vez de en beneficio del conjunto?
Sí, y eso es malo porque España es una isla económica. Más del 80% de nuestro comercio exterior se realiza por vía marítima. Entonces, lo que no puede ser es que una gobernanza específica vinculada a intereses locales esté ganando o marque la tendencia.
Si el mundo se está internacionalizando o globalizando y están apareciendo nuevos puertos secundarios importantes en áreas como la costa occidental africana o la costa latinoamericana, nosotros no podemos limitar o restringir nuestro posicionamiento.

¿Aquí podríamos incluso englobar ciertas focalizaciones en todas esas políticas de puerto y ciudad de alto impacto en el rédito político local?
Claro, políticas que van orientadas a ganar en el corto plazo y que son localistas.
Por ser muy claros. ¿En los puertos puede haber hoteles? La respuesta es “sí”. ¿Puede haber un recinto ferial? La respuesta es “sí”.
Ahora bien, en aquellos puertos en los que su estrategia de cara al futuro va a estar en función de los tráficos como locomotora de la economía local y nacional, tenemos que mirar cuál es el coste beneficio de unas estrategias y las otras.
¿Qué nos interesa más, un hotel o generar una economía portuaria que arrastre al resto de la economía y se generen empleos industriales o de servicios? El puerto ha cambiado. Lo que antes era un lugar de intercambio de mercancías ahora es una empresa prestadora de servicios y de todo tipo. Hay que jugar con esta función.

¿Cómo podríamos llevar a la práctica estas reflexiones en torno a la gobernanza? ¿Podríamos empezar hablando de qué hacemos con los nombramiento de los presidentes?
Por ejemplo. En el Marco Estratégico, el capítulo de gobernanza no tiene consistencia. En Portugal buscan personas de fuerte arraigo marítimo portuario o de enroque comercial y de promoción. En cambio, si miras en España, en el caso de los presidentes de las 28 autoridades portuarias son muy mayoritarios los que proceden de un ayuntamiento, comunidad autónoma o del Congreso/Senado. Y si miras la profesión de la que proceden, apenas menos de media docena están vinculados o tienen una trayectoria vinculada con actividades marítimas.

¿Abogaría entonces por profesionales con formación en el ámbito marítimo-portuario?
Por lo menos que tengan experiencia en la gestión dentro de este ámbito. Si un puerto es una empresa de servicios, lo que yo quiero es que quien esté al frente busque mercados y eficiencia.
Si la ley ya marca que los puertos deben tener una rentabilidad mínima, y se está cumpliendo y eso es muy bueno para la economía, ahora lo que nos falta es establecer la cualificación de sus máximos responsables.

¿Y quién debería nombrar a ese presidente cualificado al frente de la autoridad portuario?
Yo, como soy muy optimista, me creo lo de la lealtad institucional. Es obvio que si la propuesta nace de la comunidad autónoma, lo suyo es que la hable, la pacte o la acuerde con la Administración central, porque lo que se busca es una eficiencia para todos y lo que no puede ser es que el presidente sea un reducto particular de la administración que lo nombra.
Estamos hablando de economía, no estamos hablando de política. El presidente de una autoridad portuaria no se elige democráticamente. Es designado, entonces busquemos en este contexto alguien que tenga una cierta cualificación.
El tema de la gobernanza hay que revisarlo y hay que hablarlo. Insisto en que debemos introducir además al ámbito local y yo creo que siempre es más fácil llegar a un acuerdo entre tres que entre dos.

Desde un punto de vista competencial, ¿cuál es su reflexión en torno al debate sobre la cesión de la gestión de los puertos a las comunidades autónomas?
Nunca lo he analizado.

¿Y en lo que respecta a la actual estructura del sistema portuario, constituido por 28 autoridades portuarias de las que dependen 46 puertos de interés general?
Ya hemos dicho que España es una isla económica, pero cada 100 kilómetros tiene un puerto de interés general. Si cada puerto tiene un radio de influencia de más o menos 450 kilómetros, lo que tenemos son solapamientos y estamos
peleándonos por la misma mercancía y por los mismos clientes muchos puertos.
Por eso, hay que favorecer la coordinación entre determinados puertos. Basta observar las grúas del puerto Exterior de Ferrol desde el puerto de A Coruña para constatar que ahí, por ejemplo, tiene que haber coordinación, y lo mismo entre Gijón y Avilés y entre otros muchos puertos.
Tenemos que buscar grados de actuación coordinados. Francia ha concentrado su acción en dos grandes áreas marítimas. Portugal ha concentrado sus puertos en cuatro grandes autoridades portuarias. Italia también concentró todos sus puertos y en España tenemos que hacer lo mismo.
Yo no sé si tiene que haber 28 autoridades portuarias o cuántas. Yo creo que son muchas. Y por eso yo creo que algunas deberían ir a las comunidades autónomas y otras deberían estar coordinadas entre sí. No digo fusionadas pero sí al menos coordinadas.

¿Algún puerto de interés general debería pasar a ser puerto autonómico?
Sí, y por mi parte prefiero no dar ejemplos.

En cualquier caso, ¿comparte la idea de que no se trataría de tomar decisiones aisladas sobre tal o cual puerto, sino de decidirlo en el marco de una reestructuración general y así decidir sobre todos los puertos?
Debería ser una revisión general y todo debe partir de una reflexión. ¿España quiere apostar por lo marítimo, sí o no?
Debemos apostar por la maritimidad, por la economía marítima. Los países que dan al mar son los que a futuro más van a crecer y casi todas las megalópolis actuales y de futuro estarán en el mar.
Es facilísimo ver a un ministro fotografiándose junto al lomo de un AVE y es dificilísimo ver a un ministro, presidente o consejero fotografiarse junto a un contenedor, pero el contenedor es riqueza, es empleo y estoy seguro que es mucho más importante la economía marítima que no la economía ferroviaria, por ejemplo.
Hay que apostar por la maritimidad y en esa apuesta hay que mirar al sistema portuario español y hay que hacer una revisión.

En el debate de la gobernanza, algunos atisban el futuro de algunos puertos españoles en el marco del modelo de landlord privado o “master concession”. ¿Cuál es su análisis?
Estos modelos de landlord avanzado responden en mi opinión a lo que serían las demandas de las zonas francas, como evolución de las mismas. En países como Australia, Singapur o Panamá parece algo sencillo y lo mismo en áreas portuarias de nueva creación. En el caso de España, implantar este modelo es muy difícil porque los puertos están casi o sin casi tocando las ciudades.
No son puertos exteriores o aislados. Están cerca, el impacto puerto y ciudad es grande y la presencia de la administración, incluida la local, debe ser mayor pues tienen mucho que decir. Otra cosa es que tú seas liberalizador en determinados servicios, pero en España prácticamente todos están liberalizados.

En cualquier caso, por mucho ímpetu reformista que queramos tener, parece que ni las relaciones entre las administraciones ni el clima político facilitan un acuerdo para la transformación de la gobernanza portuaria.
A lo mejor es que estamos cómodos. Yo fui un político que lo que me gustaba era buscar cambios adaptativos a las circunstancias y a los momentos. Es cierta tu tesis, pero quienes la manejan están cómodos ahora, aunque a veces hay que buscar elementos disruptivos.
En Amberes estaban muy cómodos, pero no quisieron quedarse ahí. Buscaron un elemento disruptivo y se fusionaron con Zeebrugge. Y resulta que han ganado y siguen creciendo en volúmenes. Han apostado por algo.
Otro ejemplo es Leixoes ampliando el puerto. Han tomado decisiones y en nuestro caso es el momento de tomar decisiones. No debemos contentarnos con ser el primer país de la Unión Europea en determinado tráfico, o con que tres de nuestros puertos estén en lo más alto de determinado ranking.

¿Y qué puede pasar si no tomamos esas decisiones?
Pues que los tráficos van a ir a aquellos puertos que los acojan y que sean más dinámicos. Las grandes compañías navieras han tomado la decisión de reducir escalas. Algunos puertos españoles se han visto afectados pero es que ya hay puertos italianos que han quedado fuera de todo esto., ojo. Si nos eliminan de las grandes redes, España no estará conectada y por tanto no seremos polo de atracción, de tal forma que nuestras exportaciones a grandes regiones habrá que hacerlas desde Amberes, no desde nuestros puertos, lo que conlleva un gran impacto sin olvidar que somos una isla económica .

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“Lo que se busca es una eficiencia para todos y lo que no puede ser es que el presidente de un puerto sea reducto particular de la administración que lo nombra”

Fernando González Laxe cuando era presidente de OPPE. Foto M.J.

BIOGRAFÍA

Fernando González Laxe (A Coruña, 1952) es doctor en Ciencias Económicas y Empresariales. Director general de Ordenación Pesquera de la Xunta de Galicia entre 1982 y 1985 y diputado del Parlamento de Galicia entre 1985 y 1993, fue presidente de la Xunta de Galicia entre 1988 y 1991. Además, entre 1986 y 2000 fue senador por designación del Parlamento de Galicia.
En abril de 2009 fue nombrado presidente del Organismo Público Puertos del Estado (OPPE) , cargo en el que cesó en enero de 2012.
En la actualidad, Fernando González Laxe es catedrático emérito de Economía Aplicada de la Universidad de La Coruña.

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“Yo creo que son muchas 28 autoridades portuarias y, por eso, yo creo que algunas deberían ir a las comunidades autónomas y otras deberían estar coordinadas entre sí. No digo fusionadas, pero sí al menos coordinadas”

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“Yo no sé si tiene que haber 28 autoridades portuarias o cuántas. Yo creo que son muchas. Y por eso yo creo que algunos puertos deberían pasar a ser puertos autónomicos y otras autoridades portuarias deberían estar coordinadas entre sí”

“La comunidad portuaria tiene derecho a saber si su puerto cumple o no con aquello a lo que se ha comprometido”, asegura González Laxe.

“Exijamos a las autoridades portuarias que cumplan sus planes de empresa”

En el marco de este análisis, ¿qué papel debe ejercer Puertos del Estado?
El liderazgo. Por ejemplo, Puertos del Estado debería estar publicando periódicamente un informe de coyuntura internacional marítima; debería avanzar en el ánálisis de la gobernanza portuaria a nivel internacional, en el análisis de la eficiencia de las concesiones y sus marcos temporales, el análisis del reto de la descarbonización, el análisis de los buques, su tamaño y qué puertos y cómo pueden ser atendidos. Si solo cuatro puertos pueden atender buques de más de 24.000 TEUs, ¿para qué queremos 28…? Todo eso es lo que debe hacer Puertos del Estado, con un gran departamento que nos vaya dando toda esa actualización y previsión.

¿Y en cuanto a su labor de supervisión, que algunos peyorativamente califican de fiscalización?
Es todo muy sencillo. Ahí están los planes de empresa. Cada año el Consejo de Administración de cada autoridad portuaria elabora su Plan de Empresa. Centrémonos en analizar cuál es su grado de cumplimiento. Exijamos a las autoridades portuarias que midan este cumplimiento y que sean transparentes para comunicar lo que han cumplido y lo que no y por qué. La ley exige que se sea transparente en esta cuestión.

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A Puertos del Estado le corresponde ejercer el papel del liderazgo”

¿Cree que se es muy firme a la hora de negociar y aprobar el Plan de Empresa pero muy laxo a la hora de supervisar y exigir su cumplimiento?
Lógico, porque ahí interviene la gobernanza diplomática, pero el integrante de la comunidad portuaria tiene derecho a saber si su puerto cumple o no con aquello a lo que se ha comprometido. Si a todos nos exigen en todos los ámbitos y nos miden los ratios, lo mismo debemos hacer en los puertos.

Las autoridades portuarias se quejan a menudo de las trabas administrativas que se establecen en la toma de decisiones y en su ejecución, trabas que limitan la agilidad y flexibilidad en la gestión. ¿Es posible hallar el punto medio entre contar con un estado garantista y contar con una gestión pública eficiente?
Afortunadamente nuestras leyes son garantistas y nos obligan a supervisarlo todo, pero eso no quita para que las autoridades portuarias tengan razón y se pueda ser más ágil. Por un lado, se podrían unir procedimientos, de tal forma que no vayan por caminos separados, y por otro lado los plazos podrían ser menores, incluso en determinados casos algunos procedimientos podrían ser delegados en las propias autoridades portuarias o administraciones locales o autonómicas.

“Los puertos están preparados para crecimientos anuales del 5% durante los próximos cinco años”, defiende Laxe.

“No va a haber desajuste en las infraestructuras”

¿Cómo valora el desarrollo de infraestructuras portuarias?
Tenemos infraestructuras suficientes para soportar crecimientos del 4% y del 5% anuales durante los próximos 5 años. Aquí no va a haber ningún tipo de desajuste. Otras cosa es que tenemos que adaptar las infraestructuras a determinadas condiciones logísticas y de interoperabilidad.

González Laxe denuncia una “cierta paralización” en el ámbito institucional portuario.

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